para que las mías broten de mi ahogada garganta.
¡Dame tu vida en verso
y contamíname de tu arte irrepetible y supremo,
para que el mío emprenda un ágil vuelo
hacia horizontes libres, despejados y nuevos
limpios de la inutilidad del perpetuo silencio!
Necesito de tu sonrisa
para que la mía se dibuje en estos labios secos.
¡Otórgame el beneplácito de tu presencia serena
y embriágame de tu solemne eco,
para que mis duelos consuman ese ansiado anhelo
de gritar al mundo esta humilde poesía
que, sin ti, no halla un punto exacto de encuentro
entre versos dislocados, arrítmicos e inconexos
que fluyen presurosos entre la yema de mis castigados dedos!
Necesito de la luz de tu vida
para que la mía cobre un sentido unívoco, entre la cruel vorágine del tiempo.
Necesito de ti...
Necesito de tu vuelo
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