Dicen que la esencia de tu ser
reposa sobre aquéllo que llaman alma.
Alma, ¡alma!
¿Qué eres, alma?
¿Por qué dueles tanto, alma?
¿Por qué escueces en cada recuerdo, alma?
¿Por qué te enlutas entre mis versos,
por qué huyes cobarde de mis besos?
¿Por qué, alma?
Dime qué albergas,
¡Dime el porqué de mi condena!
Alma, ¡alma!
Si en ti se halla mi esencia, alma,
¡Devuélveme el calor de otra nueva primavera!
Alma, ¡alma!
¡Dime dónde te encuentras!
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