A lo lejos,
oigo el sonido inconfundible de una guitarra.
¡Una voz ronca se desgarra
entre esa melodía que atraviesa mis entrañas
y que cada vez siento más cercana,
a mi vera,
justo cuando despunta el alba!
A lo lejos,
escucho el clamor de una pandereta.
¡Resuena vigorosa entre estos tímpanos agudizados
a los cánticos de la mañana que penetra
con tímidos halos de luz
y entre el clamor más cercano de una pandereta!
A lo lejos,
observo cómo tus ojos me llaman.
¡Se escurre mi nombre de tu mirada
y un fulgor ardiente me traspasa
para decirte que aquí te espero,
en la estela de una nueva mañana!
En la cercanía te diviso.
Un nuevo día adviene con el alba...
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