deja huellas de pasión sobre los cristales del ayer,
adormecidos sentimientos entre besos y cerrojos,
encapsulados sobornos de hielo y miel.
No hubo tiempo para deshacer el equipaje
de sueños prolíficos y promesas de papel,
no hubo tiempo, ni lo buscamos, para abrazarte y abrazarme
en la caricia de tus versos encadenados fieles a mi piel.
Quisimos beber de las fuentes dibujadas sobre el aire
y de los labios fusionados en palabras absorbentes de placer,
quisimos devorar las suculentas viandas de cuerpos sin carne
y romper el acotamiento de la distancia en un nuevo amanecer.
Pero no le dimos tregua al tiempo para degustarnos, borrachos, en este vaivén.
Fuiste vapor táctil sobre mis manos,
una bocanada furtiva de viento ilusionado
que lo mismo que vino, después se fue.
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