Arrecian tus recuerdos
en la inútil dádiva de mi sosiego.
¡Me haces falta, amor
en cada hálito que sacude mi cuerpo
el mismo que tiembla evocando tus besos
en cada vaho inhalado en el viento
el mismo que ahoga la esfera de este agónico silencio!
Me haces falta, amor
en estas pieles que se arrugan sobre el tiempo
¡El mismo que repulsa la ausencia de deseos
en el pánico que hoy derriba sobre mi lecho
en la crisálida calcárea que promulga tu destierro
en los ayeres candentes, en los instantes yertos...
Me haces falta, amor
en cada vocablo endeble que fragua en un verso!
Me haces falta, amor...
¡Y no te encuentro!
No hay comentarios:
Publicar un comentario