Me duelen las costras de tu anhelo
aunque tu boca mastique las ansias de mi cuerpo
¡Perfora la suspicacia por cada soplo de aliento
mientras consumas éxtasis sobre mi pecho
sintiendo que soy ella en la cadencia de tu jadeo
ignorando las ofrendas que prorrogan el "te quiero"
porque es sádica y despiadada la huella del recuerdo
cuando veo tus ojos suspendidos en el silencio
encontrándose en la danza de labios que se enjugan en el tiempo
para besar las cicatrices de tus litigios sobre su lecho!
Porque en ocasiones el amor es traicionero
¡cuando solo se viste de palabras, pero no de hechos!
Y aquí estamos vaciándonos de nuevo,
frente a frente... a lo lejos.
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