ahora que los besos se inclinan al compás del silencio.
Y es que si te vas
¡tiemblan las caricias que nos pertenecieron
se derraman las pasiones sobre campos yermos
tirita el hastío en el advenimiento de un invierno
que lleva la rúbrica de tu marcha y de tus manos, mi anhelo,
porque he sabido amarte aún en penumbras versadas del tiempo
entre los socavones de zozobras huérfanas de deseos
cuando tus labios eran gozo en otra quimera, en otro cuerpo
mientras que mis párpados tronaban lágrimas de acero
guardando tu risa en la esclavitud obstinada del recuerdo
para seguir rozándote con mi brisa en cada desaliento,
para seguir colmando tus vacíos en las cuencas del sentimiento!
Y es que si te vas
¡puedes abrigarme en la campiña de acierto y yerro
porque siempre supe amarte con el corazón entre los dedos!
Y es que si te vas
¡seré huella en el tránsito de tu vuelo!
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