Te busco en el silencio de mis horas
arrullando tu nombre en la desidia del recuerdo
¡ciñendo delirios sobre la cláusula de tu boca
que no conmuta las andanzas de mi deseo
aun sabiendo que soy en ti abierta amapola
desmaquillada en alma y cuerpo
sin más codicias que las que hospedan tu alcoba
y sin más desafíos que los exigidos por tu beso!
Me consumo en ese tiempo que brama y llora
¡lacerante distancia entre tus ojos y mi empeño!
exhalando suplicios de esta discordia
¡sobre ese latido, sin pulso ni dueño!
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