Despierto y no te encuentro.
Enjuago mis lágrimas sangrantes
entre este agua que me sabe a cemento
y que colapsa a mis ojos morenos
en la agonía de un enclaustrado desierto.
Te busco y te voy perdiendo.
Intento eliminar resquicios de sufrimiento
en emergentes ilusiones que se precipitan en silencio
hasta otro amanecer extraño perdido únicamente en tu recuerdo.
Te recreo, más no logro dibujar tu rostro en un halo de consuelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario