En silencio, siento el arrullo del tiempo.
¡Siento el sabor dulce de un beso,
la caricia cálida de un eterno "te quiero",
el sórdido abrazo de un cuerpo nuevo,
el aroma inconfundible del azahar sobre el viento!
En silencio, enmudecen mis miedos.
¡Se alzan anhelos ricos y fecundos, siempre en silencio,
y se desmoronan recuerdos irascibles e hirientes entre voces evocadoras de sueños!
En silencio, se disipa la distancia cruel que delimita la lejanía de nuestros dedos.
Y en silencio me hallo, pululando entre la soledad a sabiendas de la inutilidad de un posible encuentro.
Sin salida... En silencio.
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