Puedo perder las huellas de mi existencia
entre el fulgor de tu mirada.
¡Puedo anidar dolores y condenas
bajo el amparo de tu mirada,
para inventar ilusiones nuevas
en la estela solemne de tu mirada!
Puedo anular cualquier vestigio de tristeza
entre la calidez de tu presencia.
¡Puedo colmar los vacíos que me quiebran
en tu imperturbable presencia,
y tejer sueños coloridos y fantasías traviesas,
bajo la tutela de tu presencia!
Y puedo sonreir a un nuevo día
cuando te siento precisamente ahí,
a mi vera...
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