Línea amarilla

Me enloquece la lentitud de tiempo
y me exaspera su discurrir precipitado.
Época de contradictorios momentos
que merman el sabor ineluctable de deleites pasados,
sueños que se despedazan airosos en un vuelco del recuerdo
y canciones rotas en gargantas sin grito airado.
¡Locuras clandestinas en la derrota de tus labios,
demencias cosechadas bajo el albor de tus brazos
y yo, mendigo huérfano y solitario,
que espera ansioso su trozo de ti para resquebrajar su eterno soslayo!
Existencia que transcurres en la agonía de la espera y el desagravio
¡Amando furtivamente, desguazando deseos sepultados
en un aletargamiento verpertino de un tiempo castigado
en la profunda y desesperante exasperación de su discurrir precipitado!
Y tú, que marcas la línea amarilla por la que han de circundar mis pasos...