Quiero verte en el delirio de mis manos,
degustar el apetito que se escurre de tu sexo,
vomitar mi éxtasis en la consumación de orgasmos
reiterados y perpetuos cuando lamo mis ansias sobre tu pecho.
Quiero verte en los jadeos de embestidas lujuriosas,
en los gemidos instantáneos de fusiones irremediables,
¡En la plenitud álgida de placeres y alcobas
derrochando fragancias de caricias infatigables!
Quiero verte en la savia edulcorada que emana de tu boca,
untar mi deseo con los manjares que brotan de tu carne,
¡Enloquecer en el extravío de insomnios y demoras
entre la geografía de tu cuerpo, sobre las mieles de mi enjambre!
Quiero verte desnudando sueños en la llanura de mis vertientes,
hipnotizando a mis senos en un baile de serpientes.
¡Quiero verte enjugando tus labios en noches y amaneceres,
vertiendo tus flores en la gallardía de oscilaciones candentes
y en el efluvio esparcido de hortensias y claveles!
Quiero verte.
¡Qué fuerza!
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