es un hálito instigador del sentimiento,
cada mirada que entrecruza victorias y derrotas,
cada orilla conquistada, cada barco amarrado a su puerto.
Cada beso que se escurre en la zozobra
de esta tarde oscura vestida de duelo,
cada instante que sucumbe en otra hora,
¡Cada crepúsculo que gime su discordia
en la osadía de perpetuarse en el despunte de otra aurora,
cada verso, cada estrofa,
cada parte del todo que atora la apertura de una nueva amapola!
Cada momento que flaquea en el auspicio del ahora,
¡Cada semilla cultivada en el enjambre de abejas y rosas,
cada sortilegio, cada promesa volátil, etérea y rota
es la huella de tus dedos en la intermitencia de fraguas y demoras!
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