voy perdiendo las huellas que dirigen tu sendero,
las miradas hoy abstraídas y difuntas de ilusiones,
los versos adormecidos que huyen de un soneto,
¡Los pétalos, aún rosáceos, en la raíz sonora de tu duelo,
las primaveras vespertinas que lloran a ras del suelo,
el sabor edulcorado de tu sorna y de tus besos...
Te voy perdiendo en las semillas que ungen pieles y deseos!
Y solo escucho el susurro de abejorros negros
augurando la rebelión de colores sobre nuestro lienzo,
imaginando brotes de sonrisas y mares nuevos,
acariciando palomas amotinadas contra el viento...
Y te voy perdiendo,
en los andares perniciosos que no entienden de arrepentimientos.
Y me voy perdiendo,
entre pasiones y enjambres de escombros que nunca nos pertenecieron.
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