Ayer te vi,
desembocando caudales en la frontera de mi fuente,
nadando sobre la marea absorbente de mi cuerpo,
jadeando plenitudes en el núcleo de mi vientre,
suspirando anhelos y gozos en el albor de nuestro tiempo.
Ayer te vi,
acariciando la mejilla desierta de manos y besos,
¡Desdeñando sangres resecas en las vertientes de mi senos,
cabalgando antojos y quimeras serpenteadas sobre el viento,
preguntando mi nombre a la luna en un gemido usurero!
Ayer te vi,
cruzando la emboscada furtiva que azotaba hiel y deseo,
maniobrando con las cicatrices de un corazón pendenciero,
hechizando abandonos y úlceras en las esquinas de mi lecho...
Aguardando la palabra exacta que hubo de pronunciar el silencio.
Ayer te vi,
bautizando de amapolas a estos labios desiertos.
Ayer te vi,
mas hoy sondeo las huellas del destino que dictaminaron tu destierro.
Como siempre, estupendo amiga. Un saludo.
ResponderEliminarGloria,
ResponderEliminarSi ayer lo viste y buceó en tu cuerpo... Seguro que no ha podido marcharse, seguro que está atu lado, quieto.
Tus versos están repletos de sensualidad y ternura, de amor y deseo.
Una composición, romántica y exhuberante. Muy bella.
Besos, amiga,
Ann@ Genovés