Puedo dejarme la sangre en tu boca
porque hierven los empeños que antaño dislocaron
¡Seducir tus antojos entre mieles y amapolas
danzar sobre la lluvia que ambos ojos derramaron
urdir zalemas entre pretéritas abroncas
masticar el hielo perenne de tus labios
digerir las carnes que me confundieron con otra
y amanecer ubérrima en la orfandad de tus páramos!
Puedo absorber letanías entre cruentas rosas
¡Ahuyentar los recelos del pasado
vestirte de gala en cada tiempo de mi alcoba
y saturar la desidia que empuñan tus manos!
Puedo darte mi ahora
pero nunca los besos que nos robaron.
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